LA IMPORTANCIA DE LA ACTIVIDAD FISICA EN LA TERCERA EDAD
Vamo a empezar a tratar en esta primera entrada de blogg relacionada con el ejercicio en personas de la Tercera Edad que podemos entrenar en nuesto Centro de Entrenamiento Personal en Murcia
El binomio condición física-salud, en su desarrollo permite al individuo adquirir una serie de aptitudes que le dotan de mayor vitalidad, y "desenvolverse adecuadamente en sus actividades cotidianas, actuando como elemento de prevención de enfermedades degenerativas " (Delgado, Gutiérrez & Castillo, 1997). Los modelos de rendimiento deportivo buscan la supremacía de la aptitud física llevada a su logro máximo. Los beneficios de la actividad física son incuestionables en nuestros días. Lo que genera algunas controversias entre los expertos es el tipo de actividad física que ha de realizar el anciano: ¿cuál es el mejor entrenamiento en los ancianos?, ¿cuál es el objetivo de este entrenamiento? Un punto de vista podría ser el mantenimiento en los ancianos de su autonomía, funciones vitales y sociales. Así, en un nivel muy básico, la respuesta sería la motricidad simple, el movimiento relacional del individuo con su entorno y sus semejantes, lo que le permitiría mantener estas funciones como objetivo principal. Pero un análisis más profundo de este objetivo, penetrando más en la reflexión del proceso de involución del ser humano llegando a posiciones más críticas del organismo, llegaría a la conclusión de que el objetivo último del entrenamiento sería el mantenimiento de la vida, retrasar la muerte biológica provocada por el deterioro del ser humano. Partiendo de esta premisa vital, podemos obtener la primera cuestión fundamental, preguntarnos cuales son las causas principales de muerte en ancianos; y si éstas son provocadas por el deterioro funcional, cuales son las posibles actuaciones que el profesional de la actividad física debe poner a disposición de estos individuos para modelar las posibles respuestas funcionales que retrasen dicho deterioro. Indudablemente hay un creciente interés por temas como la condición física, la salud y el envejecimiento, ya que se ha demostrado la existencia de una estrecha relación entre el estilo de vida sedentario y un aumento en el riesgo de morbilidad y mortalidad, produciéndose en nuestra sociedad un espectacular cambio demográfico ya que el grupo de personas de más de 65 años está creciendo rápidamente, y más sorprendente es el aumento del grupo de 85 años o más. (Borms, 1995)
Hablar de tercera edad es hablar de una época muy amplia de la vida que engloba aquellas edades situadas mas allá de los 60-65 años cuyo límite superior es el propio límite de la vida. Siguiendo a Rappoport (1978), tomado de Ruiz Pérez (1987) la división cronológica del proceso de envejecimiento se podría establecer en las siguientes fases:
1.- El periodo de la madurez que abarcaría de 25 a 55 ó 60 años.
2.-El periodo de la senectud o vejez o si se prefiere eufemísticamente "3ª edad", que abarcaría de los 60-65 años en adelante.
3.- A partir de los 80 años que se denominarían longevos cada día existe una mayor evidencia epidemiológica de que la inactividad física y la falta de ejercicio están relacionadas con el desarrollo de diversos trastornos y son causa importante de mortalidad e incapacidad en los países desarrollados. Incluso en estudios longitudinales recientes efectuados en Estados Unidos, se ha observado que los niveles altos de forma física disminuyen la mortalidad general ajustada por edad, es decir, que la buena forma física podría retrasar la mortalidad por todas las causas, disminuyendo especialmente las tasas de mortalidad por enfermedades cardiovasculares y cáncer.
La relación entre el nivel de actividad física y el riesgo de desarrollar una enfermedad coronaria ha sido el aspecto más estudiado, pero hay otros trabajos demostrativos de que la actividad física puede contribuir a la prevención y al control de otras muchas enfermedades (Serra, 1997). Entre ellas destacan por su importancia la hipertensión arterial, la osteoporosis, la diabetes mellitus (existiendo estudios que relacionan la actividad física, la salud y la diabetes, Meléndez, 1995), y determinados tipos de neoplasias. Por otro lado, el ejercicio físico regular produce efectos beneficiosos sobre las articulaciones, pérdida de peso y efectos psicológicos positivos para la salud y el bienestar de la población.